¡Uhmmm qué ricas están las fresas!, ¿no creéis? A mi me encantan, no sólo por ese sabor y aroma tan exquisito, sino por esa forma tan bonita de corazón, por esos "granitos" que tienen en su pulpa, por las hojas tan verdes, por la flor blanca tan delicada de la que nacen, por ese color rojo que se nos mete en la retina... Además tengo recuerdos preciosos de cuando era pequeña y mi padre venía del campo con las primeras fresas, y las preparábamos de mil maneras; picaditas solas, a mordiscos, estrujadas con azúcar y con leche, en batido, mezcladas con yogurt, en macedonia con naranjas (explosión vitamínica)... Pues por todo esto ayer compré un paquetito de fresas, y esta tarde me he regalado esta preciosa cesta que os muestro además de otra imagen donde mi padre me enseña las fresitas que ya están saliendo en el huerto...
Aquí está la maravillosa mano de mi padre enseñándome las preciosas fresas que empiezan a nacer..
Entre las fresas hay una manzanita de arcilla pintada a mano que incluí porque me pareció que quedaba muy bonita escondidita entre las fresas y después decorando mi cocina...
No hay comentarios:
Publicar un comentario